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sábado, 22 de octubre de 2011

Creencias equivocadas del Camino Espiritual - Publicado en La Ciudad Virtual de la Gran Hermandad Blanca

Me pareció un bastante duro test para quienes afirmamos estar en el camino espiritual...
Cuando creemos estar en lo correcto, de pronto nos bajan de esas nubes para re-centrarnos porque alguna puntita, aunque sea del Ego, se quiso entrometer...

Abrazos de Luz !!! Tom 
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Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, buscamos la perfección en nuestras vidas. Tratamos de mejorar nuestro carácter, costumbres, ideas, alimentación, y hasta la vida social. A veces, hacemos “SACRIFICIOS” con el fin de alcanzar una vida más plena y feliz; sin embargo, muchas veces no llegamos al estado de éxtasis o plenitud que anhelamos. La decepción puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos emprendido, o en el peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal punto de pensar que “Dios se ha olvidado de nosotros”. En realidad los errores como tales no existen, pues todo nos conduce a un necesario aprendizaje. Todo es un asunto de consciencia que solo puede expandirse a partir de las vivencias que nosotros mismos hemos invocado, sin juicio alguno si tales experiencias son “buenas” o “malas”.

El Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos haciendo, la computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la señal eléctrica correcta. El Universo tiene sus “teclas” y la metafísica nos las enseña. ¿Cuáles son? Algunas escuelas esotéricas han tergiversado estas enseñanzas, quizá sin ninguna mala intención, con lo que han llevado a muchas personas a cometer “errores” y a frustrarse en sus expectativas.

Algunos de los “errores” más comunes son los siguientes:

1. ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O PEDIR A ÁNGELES, O CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA

Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder que nosotros. Nuestra mente percibe que hay algo allí afuera que puede, por ejemplo, lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las enseñanzas espirituales, TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede hacernos daño.

En realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal. Este ejercicio podría decir: “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo amor en todas partes”. En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.

Muchas personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden transformar su situación personal, lo que encierra un “error”. No son los pensamientos lo que determinan nuestra realidad sino nuestras “creencias”. Solamente los pensamientos que hemos interiorizado y tomado como nuestra verdad son los que se manifiestan. Dicho de otra manera, aquello que sentimos internamente que es así, es lo que toma forma en el mundo externo.

La mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la mayoría de los cuales son negativos para quienes se encuentran inmersos en los medios masivos de comunicación. Las afirmaciones son necesarias para lograr implantar una creencia nueva en nuestra mente subconsciente y la repetición de estas afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le agregamos la emoción o sensación que acompaña a esa idea, no la interiorizamos como una verdad dentro de nosotros.

La repetición de palabras carentes de emoción no es efectiva. Por lo tanto, si yo repito “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo” pero no me siento realmente seguro, de nada me servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales, meditaciones o visualizaciones que fomenten las creencias de: paz, armonía y prosperidad.

2. ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN

Se puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen de cierta enfermedad, para que mejoren su situación económica, su vida afectiva, y demás. Sin embargo, la mayoría de estos ejercicios se parecen más a una forma de manipulación que a una verdadera ayuda espiritual.

Primero y principal: si se va a ayudar a otro, hay que asegurarse de que la persona lo pida y lo necesite. Si esto no se da, tenemos que trabajar con lo que estamos percibiendo, porque “el problema” es algo personal que nos atañe a nosotros mismos y no a la persona que está sufriendo. Si la persona a ayudar esta inaccesible o inconsciente, habrá que pedírsele permiso a su alma y recibir confirmación de alguna manera antes de proceder.

La mayoría de los problemas o enfermedades son sólo momentos de prueba que está viviendo un individuo; son necesarios y muy útiles para el “despertar de su conciencia”. Nunca sabemos en realidad desde afuera cuán importante puede ser para cada persona la situación que está atravesando en determinado momento. Podemos percibir esa situación como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero cualquiera sea nuestra interpretación nunca será correcta ni completa.

El enviar la luz a la persona podría incluso hasta acelerar o entorpecer su ritmo personal. Nuestra intervención es innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta angustia o dolor.

Personalmente, recuerdo que una vez se acercó un amigo íntimo a decirme que estaba muy preocupado por mi situación. Yo le respondí que su preocupación no me ayudaba, que si realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía que confiar en mí y saber que mi Guía Interior me revelaría en el momento adecuado lo que yo necesitaba hacer.

En lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación difícil, comienza por enviarte luz a ti mismo para que tu Guía Interior te haga ver la Verdad que está operando en dicha situación.

3. CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE

No vamos hacia Dios, YA ESTAMOS EN DIOS! Todo lo que nos rodea forma parte del gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro Espíritu es Perfecto y Completo; no puede ni tiene que evolucionar. En realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no existe. Lo que queremos significar con eso es el despertar de nuestra Conciencia a esa perfección y cuanto más rápido lo hacemos, más plenos y felices vivimos.

Tal vez el “error” provenga de las enseñanzas religiosas que nos dicen que Dios está “en el cielo”, como si nosotros estuviéramos separados de Él. Nosotros y el “cielo” somos UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a vivenciarlo; en eso consiste nuestra Evolución de Conciencia o Despertar Espiritual. Conócete a ti mismo -profundamente- y despertarás de toda ilusión y engaño implantado por agentes exteriores a ti.

4. ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR ENFERMO O ATRAVESANDO ALGÚN TIPO DE CRISIS

En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de sus seres queridos; sin embargo, eso sólo aumenta el pesar. Si interpretamos nuestro pesar desde otro nivel, esto significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la crisis que en la solución.

Cuando te afliges por la enfermedad de un ser querido, agravas esa enfermedad, le das más fuerza y poder, alimentando a la víctima en su propia victimización. La solución es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está actuando y que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido, si así lo desea dicha persona. Lo mismo ocurre con cualquier tipo de problema o crisis. Si nos afligimos, es porque nuestro ego ha aceptado que hay una fuerza más potente que el Poder Divino.

5. CREER QUE UNO HA SIDO “ELEGIDO” POR DIOS

Muchas personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten especiales y evolucionadas. Sienten que Dios los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución; que la información que va a recibir es muy importante y no puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso. Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida.

Esta forma de arrogancia también se ve en las religiones que se sienten propietarias de Dios. Si uno no sigue su culto, está perdido. En el Universo existe un solo Dios y es el mismo para Todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todos adoramos al mismo Dios.

Todos somos iguales ante los “ojos” de Dios. En realidad no existe tal Dios como lo que está pintado en las imágenes de la mayoría de las religiones estructuradas. Solo hay Existencia, el poder de la Vida, en sus multidimensionales e infinitas manifestaciones. Para La Existencia nadie está más adelante ni más atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación como ser especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo existencial.

6. SACRIFICARSE POR OTROS

No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.

El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por la pareja, por la profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la institución religiosa a la que pertenece, por la empresa que da trabajo. La lista podría ser interminable y no es más que un muestrario de la acción equivocada de nuestro ego.

El sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano, usará su postura como válida para exigir algo de ellos; el novio o novia que cambia su rutina y deja de hacer ciertas actividades por el otro tratará después de exigir lo mismo.

La próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del amor. Haz las cosas con amor o no las hagas.

7. DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO

Es cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos cristales cuarzos) producen cambios en nuestra vibración personal y ayudarnos en el proceso curativo. También es cierto que algunas figuras, imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos estimulan; a veces “para bien”, otras “para mal”.

Las estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces, estrellas de David y demás nos recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen. Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su santo protector, su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina a ese objeto. Dios es Omnipresente: está aquí, allá y en todas partes.

Lo peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o éste se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección y que, en consecuencia, las energías negativas pueden afectarla. De esta forma co-crean su propio infortunio pues vivimos en un Universo Mental.

“Todo lo que Creemos se hace Realidad“. ¿Por qué no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos realmente. Pero para ello primero hay que concerse a si mismo. Solo así podras amarte a ti mismo, que es el primer requisito para poder amar a otro.

8. CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO

Sentir que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que la presencia de otros nos devuelve la luz es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con lo que escuchas de afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento los problemas de tu vida personal lo decepcionarán.

Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior. No eres el salvador ni la guía de nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo.

El mejor Guía con que contamos está dentro de Nosotros. Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino más corto y más feliz, nos da la idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos encontrar. Por eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si vives de prisa, tenso, angustiado y con un ritmo acelerado, seguramente no oirás la “voz de tu intuición” y buscarás guías externas.

Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio. Pero evita idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que la “Guía más válida y acertada está siempre dentro de ti”.

9. CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA

Tendemos a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que nos enseñan son adelantadas y que ya han superado muchas pruebas en su vida. En algunos casos, esto es totalmente cierto; en otros, no. El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior. Debes recordar que cualquier forma de idealización o selectividad corresponde al terreno del ego. De hecho son escepcionalmente pocos quienes viven autenticamente lo que predican.

Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás. Son aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a prueba.

Todas las religiones del mundo enseñan que Dios es Amor, que vivir con Dios significa expresar Amor a los demás. Algunas personas asisten a templos, iglesias, o escuelas esotéricas, donde reciben esta información, pero luego van a sus casas y se pelean con sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus jefes, a los políticos, a los animales, a individuos de otras razas o culturas. Ellos todavía no han aprendido la lección y la vida los llevará a enfrentarse una y otra vez con la misma situación o persona… hasta que aprendan a mostrar amor.

Haciendo una comparación con la enseñanza tradicional, los líderes espirituales o religiosos son los “libros” que nos dan la información; las personas que nos traen problemas son los maestros que “nos toman el examen” para ver si pasamos la prueba o no. Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos “pega”. Esto ocurre hasta que aprendemos a amar la situación. Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.

10. CREER QUE UNO NO PUEDE ENOJARSE, TEMER, O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO ESPIRITUAL

Esta creencia nos lleva a una gran represión de la ira y de los enojos, que hacen su reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crítica o rechazo. Mientras estamos en el plano terrenal, vivimos las sensaciones y las emociones de este plano. Algunas de ellas son muy placenteras, otras no. El tener un conocimiento intelectual acerca de la acción destructiva de ciertas emociones no las hace desaparecer.

Uno puede saber lo malo que es el enojo y, sin embargo, no puede evitar enojarse. En realidad, uno sí puede evitar enojarse, o asustarse o angustiarse, pero eso exige un entrenamiento. Durante dicho entrenamiento, hay momentos en que podemos dominar la rabia y la ansiedad, y otros en los que nada puede calmarnos. Una vez que aparece el enojo, lo mejor es descargarlo de la manera más positiva posible. Es mucho peor reprimirse e intentar decir: “Todo está bien en mi mundo”, cuando uno internamente está sintiendo el deseo primitivo de querer atacar a alguien.

La mayoría de las personas que transitan el terreno espiritual son muy exigentes consigo mismas y pretenden erradicar completamente de sus vidas este tipo de reacciones. Esto no resulta desacertado pero se logra a través de un proceso. Sé amable contigo mismo y, de vez en cuando, date el permiso necesario para maldecir, golpear un almohadón, gritar, llorar y expresar, como mejor te resulte, todas las emociones negativas que te toca vivir, evitando arrojar tu malestar sobre otros. Todo lo que hagas hacia otro te será devuelto con creces, al margen de que sea “bueno” o “malo” lo que hayas vertido.

Conclusión:
La mayoría de las creencias aquí enunciadas están generados por la actitud crítica de nuestro propio ego. El ego no puede desaparecer porque necesitamos de él para actuar en este plano. La “solución” es ponerlo alineado con nuestro Espíritu. Amablemente, le podemos decir al ego que: “A partir de ahora, deberá seguir las indicaciones de un nuevo Maestro amoroso, amable, paciente y permanente, que nunca juzga y que sabe que siempre estamos haciendo lo mejor que podemos”. Si seguimos las indicaciones de nuestro Maestro Interno, nunca podemos fallar.
 
APRENDE A CONOCERLO EN LA QUIETUD DE TU SILENCIO INTERIOR
Autor Desconocido
Recibido de Maribel González

Gonzalo Gallo DE COLOMBIA … ‎'El diablo y el infierno son inventos': por el EX sacerdote...


Gonzalo Gallo dice que hoy no tiene ninguna religión, nunca va a misa y jamás se confiesa, pero cree en Dios y en la oración.
Gallo critica la misa actual y dice que Dios no necesita intermediarios para la confesión.
Colombia está viviendo un extraño momento de notable espiritualidad y simultáneo alejamiento de todas las iglesias. En las grandes ciudades hay hombres convertidos en inexplicables fenómenos de seguimiento y de fe.
Como el ex sacerdote Gonzalo Gallo, en Cali. Fue 21 años carmelita descalzo. Hoy, retirado de la iglesia, atiende a miles de personas en consejerías espirituales. Rehabilita adolescentes violadas y ayuda a bien morir a personas preagónicas. Es conferencista reconocido, incluso a nivel internacional. Lo siguen centenares de personas en situación de duelo porque asegura que es posible "hablar" con seres queridos que se fueron.
Gallo ha escrito nueve libros; realizó estudios de filosofía y letras en Cali, Bogotá, Israel y Roma. Parece ser uno de los símbolos más notables de este encuentro con la espiritualidad.

Entrevista :

¿Cómo se explica este fenómeno de espiritualidad en Colombia?
No es en Colombia, es mundial. Hace 25 años empezó a hablarse de la futurología. Una de los futurólogos más importantes fue Alvin Toffler con 'La tercera ola' y está Patricia Aburdene con sus libros Megatendencias.

Todos esos estudiosos dijeron que el siglo XXI tendría 4 tendencias:
un despertar espiritual,
una gran conciencia ecológica,
un gran liderazgo femenino y
un gran interés de la gente por la salud y la apariencia.
Esos fenómenos los estamos viviendo. La gente no está satisfecha con lo que tiene.


¿Y qué tiene eso que ver con conferencistas como usted?
Esa búsqueda de ayuda conduce a tratar de dar herramientas para que la gente haga un cambio de su situación de sufrimiento por saturación de dolor.

¿Pero hay también charlatanería?
Cuando hay tanta demanda de lo espiritual, hay puertas que se abren pero también aparece oferta barata de charlatanes: "Con este libro arreglas tu matrimonio...". Eso no es así.

¿Por qué decidió dedicar su vida a esa ayuda a la espiritualidad?
Cuando era sacerdote en Cali, siempre hacia eso. Las empresas me invitaban a dictar conferencias sobre honestidad, trabajo en equipo, solidaridad y metas. Cuando me retiré, sentí que debía continuar esa labor. He realizado 200 talleres de perdón y otros tantos de sanación interior. Hice talleres de perdón en Ralito con paramilitares. En Apartadó y Montería realicé talleres de amor. He estado en muchas cárceles, porque la gente quiere reubicarse en la vida. Y también con altos ejecutivos que se preguntan si todo el objetivo de la vida es hacer dinero.
Usted acaba de decir "antes de retirarme". ¿Por qué se retiró?
Había creencias y actitudes de la iglesia que no compartía. Su jerarquía, por ejemplo, ha inventado cosas como el diablo y el infierno, para atemorizar a la gente. El diablo es un invento humano, nunca ha existido.
¿En qué otras cosas no creía?
No creo que uno tenga que confesarse con una persona para que Dios lo perdone. No creo que si no voy a misa el domingo, me condeno. No es un templo el único sitio de oración. Orar es más que rezar y pedir. Orar no es elevar una plegaria interesada en un favor divino. Lo único que pide Dios al hermano es que viva su vida llena de amor. Hay quienes se acuerdan de Dios solo en catástrofes o cuando las penas los trituran. Quien ora bien, ama, alaba, agradece, piensa en Dios y lo vive. Yo no voy a ninguna iglesia, aunque las respeto. Trato de vivir con Dios todo el día.
¿Usted no es católico?
No estoy en ninguna religión.
¿En qué cree?
En Dios y la oración. "Sé que me cuidas": eso es orar. Cuando pasas frente a un hospital y pides a Dios por los enfermos, oras. Cuando recitas el Padrenuestro en silencio, eso es orar.
¿Y si no hay diablo, existe Dios?
¡Por supuesto! El mal nace de la libertad que tiene el ser humano. Dios, en su perfección y bondad, no ha podido crear el mal.
¿Qué es la muerte?
Un paso entre dos vidas, un cambio de forma de vivir. No es el fin de la existencia. Al morir, volvemos a la energía para seguir viviendo. La muerte es solo para el cuerpo. El espíritu sigue viviendo.
¿La muerte no significa el fin?
Ni el nacimiento fue el comienzo, ni la muerte es el fin. Los niños hablan y juegan con seres imaginarios. Yo, que atiendo en Bogotá a 300 personas en duelo cada mes, tengo testimonios de adultos que hablan también con seres imaginarios, que ayer se fueron pero que hoy existen. Los niños lo ven y se comunican con espíritus. Esa es una realidad que ignoramos.
¿Dice usted que es posible hablar con la gente que se fue?
Totalmente. No con los labios, porque ellos ya no los tienen; es una voz interna como la que oyen los niños y es una presencia como la que ellos sienten. Y no es invento mío. Existen centenares de tratados serios que lo demuestran. Le puedo traer personas serias para que le cuenten su experiencia.
¿No es muy cómodo creer en el diablo pero sí en el cielo?
El cielo es un nombre que se inventó la iglesia. Pero llámelo como quiera. Cuando el cuerpo se va, el espíritu vive en otra dimensión, en la luz. Y allí se vive igual que acá, pero sin lo negativo. Usted ya estuvo allá y va a regresar allá, como todos los que leen esto. La muerte es cambiar de atuendo: se acaba la materia y sobrevive el espíritu.
Con todos respeto, ¿cómo llegó a semejantes ideas?
Cuando uno comienza a leer más allá de lo que siempre ha leído, a escuchar experiencias, a confirmar fenómenos que parecían increíbles, entonces la mente se amplía y conoce un mundo que ignoraba. Léase la historia del gran guía Anthony de Mello, un jesuita espectacular y sabio, para que crea lo que digo.
¿Si el diablo no existe, el mal no tiene castigo?
Sí, pero en la Tierra. Las acciones aquí son como un boomerang. Si haces el bien, te irá bien. Octavio Paz decía que siempre recogemos lo sembrado. Las acciones se devuelven, positivas o negativas.
¿Usted critica hoy a la iglesia católica?
Ni a la católica, ni a ninguna otra. Valoro y respeto a todas las iglesias, pero creo que están muy desconectadas de la realidad. Las religiones, en general, son estructuras pesadas y, así, tienden a fosilizarse. Se anquilosaron. Mire el éxodo que tiene la católica. Pregúntele a los niños si quieren ir a misa. Dirán: "¡Qué mamera!". Son pocas las buenas misas.
¿Qué es una buena misa?
Una buena experiencia; que la gente diga: "Vine aquí con odio y perdoné, vine triste y me fui alegre, vine desmotivado y ahora amo la vida". Si sale transformado, fue una buena misa.
¿Y hay ese tipo de misas?
Pocas, pero las hay. Yo le pregunto a una persona si es católica y me responde: "Si, pero no practicante". La iglesia católica tiene muchos bautizados pero no tantos creyentes. Lo mismo pasa en otras iglesias. Es que no se necesita ir a misa para ser buen católico ni a una sinagoga o mezquita para ser buen judío o musulmán.
¿La iglesia católica atraviesa hoy una grave crisis en su opinión?
El papa Julio II le dijo a Miguel Ángel que le hiciera una escultura y el artista le preguntó si quería tener en la mano el báculo de los obispos, o la espada, porque el Papa tenía ejército. El Papa le respondió: "Ponme la espada que es la que más uso". Y ni hablar de épocas como la Inquisición o la de los Borgia. Hubo peores momentos que el actual. Lo grave de hoy es que la iglesia no evoluciona.
¿Usted va a misa?
Nunca y jamás me confieso.
¿Quién era Jesús?
La más perfecta manifestación de Dios en la Tierra.
¿Pero no era Dios?
Todos somos parte de Dios, manifestaciones de Dios. Jesús vino a cambiar realidades y lo mataron. La iglesia inventó que Jesús murió para que Dios nos perdonara, que muere por nuestros pecados. Jesús no muere por los pecados de nadie ni Dios necesita que alguien muera para que él perdone. El murió porque fue coherente, como murieron Gandhi, Camilo Torres y Martin Luther King, como muere tanta gente que trata de cambiar la realidad.
¿Qué es el perdón?
Amar. Aprender a comprender los errores de los demás y aceptar que también los cometemos. Colombia sí que necesita pedagogía de perdón. Acá hay mucha gente con odios atorados; quemándose, porque el odio enferma. El perdón es necesario para alcanzar la paz. Si de esta entrevista salen colombianos con deseos de perdón y amor, si logran conexión con los seres queridos que se fueron, quedo feliz.

¿Usted cree en los ángeles? ¡Crea! Existen. Usted desayuna, almuerza y come; le regala al cuerpo tres comidas al día. ¿Cuánto alimento le da a su espíritu? Regálele 10 minutos al día. Descubrirá que Dios está en su interior, como unos seres que se llaman los ángeles. Es que uno, a veces, anda por la vida con los ojos vendados. La gente debería ser más consciente: voy a tratar mejor a mis hijos, voy a perdonar, voy a perdonarme, estoy muy impaciente, voy a sacar momentos de paz. Créame: ¡se vive mejor así! Meditar es una aventura que vale la pena. ¡La meditación consiste simplemente en ser! Meditar te hará más sereno, más alegre y más tolerante. Y encontrarás fácilmente a Dios. Y cuando lo halles, nunca más estarás solo.
El celibato debe acabarse
'Los sacerdotes pueden ser buenos y casarse'
¿En su retiró influyó una mujer?
No. No me retiré para casarme. He tenido, fuera de la iglesia, relaciones que no prosperaron, pero ese es un tema de la vida privada que no vale la pena.
¿Hoy tiene alguna relación?
No. ¿Y no le hace falta?
Sólo cuando uno aprende a manejar la soledad, aprende a manejar una relación. A mí me sobran amistades y actividad. Y si llega una persona para crear una relación, estoy abierto a ello.
¿No le gusta el celibato y la castidad en el sacerdocio?

Los sacerdotes pueden ser buenos sacerdotes y casarse. Durante más de diez siglos, se casaron. El papa Alejandro VI, de los Borgia, tuvo hijos, como muchos pontífices y sacerdotes. El celibato es algo que la iglesia debió cambiar hace rato.
¿Ese cambio debe ocurrir?
¡Por Dios! ¡San Pedro era casado! Jesús le curó a la suegra. Léalo en el evangelio.
¿Usted tiene hijos? Mis hijas son las de una fundación de niñas violadas, en la que colaboro.
Yamid Amat
Especial para EL TIEMPO