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miércoles, 16 de noviembre de 2011

El hábito de juzgar - Publicado en http://unicidadnuevaconciencia.com/ - de Elizabeth Varga Ramirez

La mayoría quizás ignora que para poder juzgar de una manera justa y adecuada, tendría que estar al tanto de todas las situaciones pasadas, presentes y futuras ocurridas y que ocurrirán en esta existencia con respecto a la persona y/o situación que se está juzgando, incluso tendría que conocer todo lo que ha ocurrido en vidas pasadas y todo lo que ocurrirá en las futuras, inclusive tendría que visualizar los efectos que su juicio pudiera llegar a tener sobre las personas y sobre las circunstancias futuras, junto a todas las energías que se van a ir activando y multiplicando en forma piramidal en el tiempo y en el espacio.
¿Quién puede emitir un juicio sin afectar a nada ni nadie? Hasta el momento, ninguna persona ha desarrollado esas habilidades, al contrario, quien es conciente de su humanidad inherente, renuncia a ellos de manera espontánea. 
Cuando se juzga, se está evaluando, clasificando, etiquetando, dividiendo y rotulando “de buenas o de malas, de correctas o de incorrectas”, esto según el nivel o grado de humanidad alcanzado así como también, según el nivel de conciencia desarrollado de quien o quienes juzgan, lo que implica que cuando ocurren excesos en señalamientos y calificaciones, lo juzgado puede distorsionarse aún más. Por lo general, el que juzga, realza en mayor proporción los defectos, las malas cualidades y los malos hábitos, opacando en la mayoría de los casos las cualidades positivas y las virtudes, además de las posibles “lecciones de vida” que se estén generando gracias a la situación, junto al por qué y el para qué de lo ocurrido. 

La mente generalmente es la que se encarga de ese proceso. Ella se encuentra conformada, además de las energías del pensamiento, por las energías que conforman el ego y las memorias energéticas “heredadas” de anteriores existencias. 
Por lo tanto, cuando se juzga inadecuadamente, son sus energías individualizadas(1), junto a los recuerdos en forma de imágenes de la actual existencia los que “emiten” la opinión. La calidad de estas energías, puede estar dentro de los parámetros de aquellas que se encuentran todavía subusadas o, no activadas ni desarrolladas, junto a las que se han ido reprimiendo, así como también por aquellas que se han ido enardeciendo. En caso contrario, cuando se es más cauteloso en la emisión de una opinión, son las energías individualizadas de la mente que se han ido “purificando” y/o sutilizando las que entran en acción escrutando la situación con todas aquellas energías del nivel del discernimiento energético que también se fueron “purificando” y/o sutilizando a través de muchas existencias gracias a la práctica de disciplinas, de austeridades y del desapego, las cuales se fueron fortaleciendo a través de la armonía interna que genera el recto accionar, cuando se hace lo justo en el momento justo, lo que ha implicado además una responsabilidad con respecto a las personas que le rodean y con el resto de lo que existe.
En tal sentido, el proceso que se lleva a cabo al momento de juzgar, ocurre de la siguiente manera:La información llega a la mente y en forma de pensamiento, comienza a ser “evaluada” por las energías que la conforman.

1- Si predominan las energías pasivas, subusadas y/o reprimidas, la forma en que se juzgue estará dentro de los márgenes de la indiferencia y de la irresponsabilidad:La mente, cuando se encuentra conformada por energías de frecuencia muy baja relacionadas a los instintos de supervivencia, a la ignorancia en cuanto a la forma de percibir la existencia humana, a la inercia y a la pasividad, recibe la información dejándose llevar por sus apegos, por sus deseos y por sus necesidades básicas de comer, dormir y reproducirse...

2- Si predominan las energías exacerbadas, la forma en que se juzgue será de manera exaltada con una posible tendencia a la imprudencia, a la indiscreción y/o al autoritarismo:La mente, cuando se encuentra conformada por energías de frecuencia distorsionada, y según sea el caso y la situación, recibe la información siempre comparándola con los recuerdos y situaciones similares en forma de imágenes ocurridos en esta existencia, los que a la vez se verán reforzados con las memorias energéticas y los egos “arrastrados o heredados” de existencias anteriores, los cuales reflejan principalmente energías de impulsividad, odios, venganzas, soberbia, despotismo, sarcasmo, ordinariez, angustia…

3- Si predominan las energías equilibradas, la forma en que se juzgue estará dentro de los parámetros de un ser humano porque estará en armonía con las energías del nivel del discernimiento, dando paso a las energías de la conciencia:La mente, cuando se encuentra conformada por energías de frecuencia equilibrada, recibe la información, fluyendo ésta inmediatamente al nivel del discernimiento energético para ser escrutada según sea la calidad del mismo, pudiendo activarse la voz de la sabiduría infinita o del “Deber Ser(2)” que se ha estado conformando con el sin número de experiencia de vidas pasadas, a través de la práctica de sacrificios, reflexiones, meditaciones, control, disciplina, austeridades y desprendimiento tanto afectivo como material, además de la dedicación, entrega y servicio desinteresado al prójimo con manifestaciones de ecuanimidad.

En consecuencia, todo este conglomerado de energías que conforman la mente, funcionan como una “programación” que hacen que al momento de emitir un juicio, generalmente sea de tipo “automático”. Esta automaticidad es el resultado de la información energética grabada, desde existencias pasadas, así como en la actual, olvidándose el origen, el dónde y el cuándo se realizó la primera “grabación”, para sólo quizás tener memoria de imágenes de las últimas reacciones, las cuales le servirán de referencia al momento de emitir un juicio. 
Esto sólo quiere decir, que generalmente el juicio emitido por una persona se encuentra influenciado por una serie de pensamientos repetitivos, inmediatos, automáticos e impulsivos que posiblemente no pasan a través del pensamiento escrutador.
Por otra parte, cuando alguien pasa a ser el juzgado, debe tratar en lo posible de permanecer inmutable a lo dicho por quien se tomó atribuciones de juzgador y actuar con cautela, para determinar el motivo por el cual atrajo ese tipo de situaciones a su vida, sacando así el máximo provecho de ésta, evitando responder a las críticas y sí lo hace, debe mantener su integridad, porque cuando se incurre en una defensa también impulsiva, se van debilitando todos aquellos argumentos que se puedan tener.
Cuando nos disponemos a desarrollar hábitos, capacidades y talentos que nos permitan analizar y reflexionar, activando constantemente con ello nuestra intuición, nuestra lógica y sobre todo nuestra sabiduría y el amor por todo lo que nos rodea, podremos ir discerniendo, sin necesidad de llegar a la calificación y a la exclusión, siempre pensando y haciendo realidad un Mundo Mejor…

Notas aclaratorias:
(1)  Expresiones de patrones energéticos cuyos nombres van a depender del esquema de referencia de cada individuo y del grado de humanidad y evolutivo alcanzado. Ejemplo de energías individualizadas “positivas”: amor, paz, bondad, respeto, igualdad, tolerancia… Ejemplo de energías individualizadas “negativas”: odio, envidia, maldad, mentira, injusticia, exclusión…
(2)  “Deber Ser” o Dharma, es una palabra en sanscrito que según la Filosofía Vedántica significa en el caso de los humanos,código de conducta asociado a la rectitud y a la armonía interna, para hacer lo justo en el momento justo, lo que implica además una responsabilidad en quien lo ejecuta con respecto a las personas que le rodean y con el resto de lo que existe. Es la voz interna que se ha ido formando como resultado de siglos de experiencia y generaciones de ascetismo, austeridad, disciplina y renunciación. Es la voz de la historia que advierte contra la violación de su mandato. El Deber Ser al ser la esencia o la naturaleza inherente no es exclusivo del ser humano, todo lo que existe también lo lleva implícito.