Siempre he considerado que todo lo creado se compone de dos partes indisolubles, me refiero en éste caso, a las energías que se complementan: energía femenina y energía masculina y sin que ninguna prevalezca una sobre la otra...(Aquí es cuando los machistas y feministas a ultranza esbozan una sarcástica sonrisa)
Aquí comparto un artículo donde se hace una reivindicación de la figura de María Magdalena como ese complemento perfecto del Maestro Jesús que nos refresca la memoria respecto a ese equilibrio y nos invita a recuperarlo.
Abrazos de Luz !!! Tom
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María Magdalena era el discípulo amado de Jesús de Nazaret, la que mejor comprendía sus palabras, la que estaba con él en sus momentos más importantes de su vida entre nosotros, a su lado en la crucifixión, y también junto al sepulcro fue la primera que lo vio resucitado.
Los evangelios apócrifos, como el de Felipe, el de Tomas, o el que se conoce como el de María Magdalena, del cual se encuentran tan solo restos, nos hablan de una relación especial, a ella Jesús le hablaba de cosas que no contaba al resto de los discípulos.
Le hablaba de las tradiciones esenias, de la chispa divina que todo hombre y mujer tienen en su interior, que el lugar de unirse a Dios no lo encontraría en grandes templos sino que lo encontraría en el templo interior, en su propio corazón espiritual.
Cuando Jesús dejo este mundo y los discípulos se sintieron desamparados ella fue las que les habló para darles el valor para seguir predicando, la que les mostró un nuevo evangelio con palabras que solo ella había escuchado de su Maestro.
Los primeros cristianos fueron testigos de la gran importancia de las mujeres que acompañaban a Jesús, de que María de Magdalena era una prolongación, la representación del conocimiento gnóstico que el impartió.
Hasta el año 90 de nuestra era fue indudable su gran labor primero en la divulgación y mas tarde en la influencia sobre las primeras comunidades que escuchaban las palabras sagradas, luego poco a poco la sociedad de la época donde lo femenino era considerado subordinado a lo masculino fue difuminando su figura.
Desde el principio el hombre, que representaba la piedra, lo inmovible, Pedro se enfrento al poder floreciente del aspecto femenino, que representaba María Magdalena.
La institución con menos seguidores en esos momentos, apoyado por Pablo poco a poco fue cogiendo el poder y cerrando las puertas en la nueva religión a las mujeres.
Cerca del año 400 de nuestra era cerraron el circulo y solo admitieron los evangelios canónicos, quemando y dejando en el olvido el papel de las mujeres y a su máxima representación considerándola prostituta y pecadora sin que en ningún texto, ni siquiera en los evangelios reconocidos se diga que esa fue su vida.
Y Yo quiero decir sobre eso que lo importante de cada ser humano es su presente, su ahora.
Y aunque fuera así el mismo Jesús nos da un ejemplo, cuando una mujer lavo sus pies con sus lágrimas y sus cabellos y el dueño de la casa la consideraba pecadora y le parecía mal que estuviese cerca de Jesús, él dijo que cuando más pecados tenían mas le amaría al perdonárselos, y le dijo mujer te perdono tus pecados. Le importaba el ahora, no el pasado.
La iglesia Católica en 1969 reconoce que se ha difamado el nombre de María Magdalena y quita su nombre de los penitentes del Santoral.
Yo reconozco la labor de María Magdalena acompañando a Jesús, estando a su lado, compartiendo sus buenos y malos momentos.
Todo desde la parte más pequeña de nuestra materia tiene un principio ying y otro yang, un aspecto femenino y un masculino y el espíritu se crea con el equilibrio de los dos. Puesto que ambos son sagrados.
Humanidad solar- Emilio
GHB - Información difundida por http://hermandadblanca.org/
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