Cuando pagamos no estamos solamente dando dinero.
En esencia estamos declarando que estamos contentos con lo que el otro nos dio: su trabajo. Estamos contentos porque es de buena calidad, lo hizo bien, porque nos aportó. Además, eso que consumimos (sea un objeto o servicio, repito) lo elegimos nosotros, nadie nos obligó a consumirlo.
Yo, como adult@ y persona consciente, elegí tal cosa, y con gusto lo valoro y agradezco pagándolo.
Es el acuerdo del intercambio: yo te doy esto y vos me pagás con tal cosa: puede ser dinero o lo que convengamos juntos, de COMÚN ACUERDO. Es decir: ninguna de ambas partes puede estar en desacuerdo. Si alguno no está conforme DEBE DECIRLO. Si no lo conversa, no puede exigir que el otro adivine.
Quien ofrece su trabajo le pone un valor. Ese valor tiene que ver con el tipo de ofrecimiento que hace, con el tiempo que le llevó aprender a producir eso y con el agregado de los gastos que implica ese trabajo: insumos, lugares, llamadas, lo que sea.
NO PAGAR EL VALOR
Si queremos consumir algo que REALMENTE no podemos pagar, nos podemos dar la oportunidad de ofrecer completar ese pago con algo que al otro le sea útil. Contando con la posibilidad de que ese otro diga que no, porque necesita todo el valor del pago en dinero.
Si queremos aprovecharnos, 'ventajear' o 'garronear' (como decimos en Argentina), pedimos descuento.
La intención que se tiene al pedir descuento por que sí, o al solicitar completar el pago de otra manera porque realmente no se cuenta con ese dinero, son intenciones bien distintas y se siente claramente la diferencia.
La intención es energía que se manifiesta a través de vibraciones. Las vibraciones se perciben en el cuerpo y/o como pensamientos o imágenes. Quienes tienen un buen entrenamiento en relacionarse con su cuerpo y su intuición, lo perciben claramente.
Quien se está aprovechando al pedir descuento porque sí, está sumando puntos en una cuenta con el Universo... que en cualquier momento le será cobrada.
Quien se aprovecha o desvaloriza al otro, se desvaloriza a sí mismo. Es una forma de manifestar desprecio por el trabajo del otro, y en definitiva por el otro mismo. Y más aún: por sí mismo, porque no siente que vale y que eso que elige consumir es tan valioso que da gusto de ser pagado.
¿ESTANCAR O CIRCULAR LA ENERGÍA?
Algunas personas no pueden salir de un rol de ‘hijos de la vida’, y creen que el mundo les debe, que están solo para recibir y que no tienen nada que dar… o en realidad no quieren…
Querer eludir el acto de pagar, es eludir la Vida. Porque el pago es INTERCAMBIO y la Vida es energía que se intercambia todo el tiempo: por eso existe.
Lo que impide intercambiar la energía, provoca la muerte y en el cuerpo sucede de distintas maneras (estreñimiento, arterias tapadas, caída del cabello, putrefacción, toxinas, mal aliento...).
Quienes realmente no pueden pagar la totalidad del valor, pueden compensarlo completando con la difusión, alguna otra actividad que se requiera o participando activamente con sus procesos y su corazón, estando muy presentes. Eso también es un pago para quien da su trabajo, se percibe y se agradece.
Es muy claro cuando el AGRADECIMIENTO es del corazón y muy claro cuando es solo una forma protocolar.
NO SOLO EL AGRADECIMIENTO PAGA LO RECIBIDO
En el mundo físico en el que estamos, no solo vivimos de agradecimiento. Entonces el pago, en este sistema y por ahora, necesita ser hecho en dinero, hasta que hagamos una transformación, que ya está empezando a suceder.
Para colaborar en ese cambio,
es necesario ser responsables de lo que pedimos y de lo que damos a cambio.
Ser conscientes de que nuestras INTENCIONES son la FUENTE de nuestros actos materiales.
Un pago hecho en dinero, pero con recelo, es un pago que desprecia el beneficio recibido, es un pago que no agradece, aunque diga “gracias”. En cambio el pago hecho con dinero y con conciencia y valoración por el trabajo, es un pago mucho más rico, un pago que invierte en un vínculo que seguramente traerá beneficios a ambas partes, porque permite circular la energía para todos. Es un pago “beneficio-beneficio”: vos te beneficias y yo también.
Cuando damos con el corazón, dejamos que la energía circule como un río que no se estanca por las piedras, sino que las traspasa.
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