Actitud existencial del lápiz - Por J.J. Millás

Que tema visto desde un interesante aspecto...EL LAPIZ !

Hay quienes comentan que guardan ese pedacito mínimo que queda y que ya no sirve para escribir...¿recuerdos o apegos no resueltos?

Al guardarlo, aunque sea ese pedacito, ¿puede ser que no hayamos aprendido lo que realmente significa el desapego? 

Ese que nos permite oxigenar, renovar, despejar lo viejo, lo usado y así permitir que entren nuevas energías, "Hacer lugar para lo nuevo", nuevos "lápices" que nos permitan escribir nuevas historias que hacen a la vida, a la felicidad mientras sentimos que estamos más livianitos por haber sabido soltar los pasados...

Vieron que linda sensación teníamos cuando niños de tomar entre nuestros deditos un lápiz nuevo con su punta bien afiladita y los dibujos, letras nos salían más lindas?

Sugerencia: volvamos a ser niños con un lápiz "a estrenar"!!!

Abrazo de Luz !!! Tom 

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La gente se resiste a desprenderse de los bolígrafos vacíos porque continúan como nuevos. Sólo se consumen por dentro, en fin, y siempre se acaban a traición, como el butano. El lápiz, en cambio, agoniza por dentro y por fuera a la vez, y deja un cadáver mínimo, un detrito del que uno se deshace sin ningún sentimiento de culpa. Punto y aparte.

Pese a todo, tal vez sea más digna la actitud existencial del lápiz que la del bolígrafo... Conviene sacarse punta cada mañana, pese al espanto de ver cómo se agota uno. Lo complicado de sacarse punta es saber cuánto te tienes que afilar para escribir lo suficientemente claro sin romperte antes de que hayas acabado la novela o la vida. Pero eso constituye un ejercicio de conciencia, y quizá de consciencia, bastante saludable.” Ánimo. 

J.J.Millás